Está cansado porque ha venido sólo para un día a Los Ángeles, en concreto a los Estudios Universal, para hablarnos de 50 Sombras Más Oscuras. Es la continuación de la famosa historia de amor entre Anastasia Steele y Christian Grey.
Jamie Dornan aparece con esa barba que se deja entre rodaje y rodaje, una camiseta blanca ajustada sobre sus marcados músculos, vaqueros negros y un sentido del humor afilado frente a las preguntas que le tengo preparadas. Nos confiesa que ha abandonado Twitter por miedo a las terribles cosas que decían sobre su familia, que no tiene intención de mudarse a Los Ángeles, aunque es una ciudad que le gusta, y que sigue sin verse como el icono erótico en que le ha convertido Christian Grey.
Este actor irlandés de 34 años también asegura que cuando no trabaja se refugia en su mujer, Amelia Warner, y en sus dos hijas y se esconde en su casa de la campiña británica, donde los cotilleos de Hollywood no tienen espacio. Y que la fama puede ser un auténtico agujero negro.
GLAMOUR: ¿Te sientes como en el purgatorio reviviendo la experiencia de Christian Grey?
JAMIE: La despedida de un papel que has disfrutado siempre es agridulce. Cuando terminas un trabajo que se ha llevado varios años de tu vida -la tercera parte ya está rodada y aún por estrenar- sientes una mezcla de alivio y tristeza. Lo mismo me ha sucedido con alguna de las series de televisión que he protagonizado (The Fall), digamos que me resulta extraño saber que no voy a volver a habitar el personaje de Grey.
GLAMOUR: Hace poco escuché a una dominatrix en la radio que explicaba cómo muchos de sus clientes iban a verla para desestresarse. Para la preparación de este personaje, ¿hasta dónde te atreviste a meterte como Christian Grey?
JAMIE: Abrí la puerta de ese mundo y entré, exploré ciertos escenarios con dominatrix, las relaciones que establecen... pero no formé parte de ninguna experiencia porque no consideré que fuera necesario para el personaje. Sin embargo, sí creo que fue importante conocer ese mundo desde dentro para entenderlo. Es interesante cómo muchos de los participantes lo utilizan de diferentes formas. Para algunos, como bien dices, es una manera de desahogarse, de desestresarse, lo que para unos es darse un masaje o tomarse unas copas, para otros es participar en una sesión con una dominatrix. La gran equivocación es entender que en ese mundo sólo el hombre es dominante, cuando hay muchísimas mujeres y muchos hombres que participan como sumisos. Hablo de hombres poderosos a los que les gusta ser dominados.
GLAMOUR: Hablemos de tu relación con Dakota. ¿Sigue existiendo complicidad entre vosotros?
JAMIE: ¡Claro que sí! Con cualquier actor con quien trabajas debes crear una relación de confianza y, en este caso, el material y los escenarios en los que nos vimos involucrados exigieron esa complicidad. Dakota y yo nos respetamos mucho, somos amigos, y encontramos en el humor una forma de alivio a la tensión, de descarga, eso es importante a la hora de rodar escenas complicadas. Sin la confianza que existe entre nosotros, estaríamos jodidos.
GLAMOUR: ¿Hubo alguna escena más incómoda de rodar que otra, alguna a la que hayas dicho que no querías hacer?
JAMIE: Dakota y yo nos entendíamos muy bien y sabíamos en todo momento hasta dónde podíamos llegar. Y el director también. Todos estábamos en el mismo bando y, como en cualquier trabajo, si algo no nos parecía bien, lo decíamos.
GLAMOUR: ¿Temes que os ocurra como a los actores de Crepúsculo?
JAMIE: Sí, por eso intentamos alejarnos de esa idea al máximo. No quiero que el personaje se interponga en mi vida, porque eso puede llegar a destruirte. Creo que para los actores de Crepúsculo fue diez mil millones de veces peor que para nosotros. Robbert y Kristen estaban juntos en la vida real y eso alimentaba el sueño y la locura.
GLAMOUR: ¿La mente de Grey deja secuelas? Lo digo porque en el pasado Michael Douglas y David Duchovny acabaron en Adictos al Sexo y al Amor Anónimos por sus personajes...
JAMIE: No es fácil entrar y salir de la mente de Grey, es un tipo muy complicado, pero no, no me ha dejado secuelas. Al menos por ahora (se ríe).
GLAMOUR: ¿Ha contribuido Grey a que se te acumules los proyectos en tu mesa?
JAMIE: Sí, estoy trabajando sin parar. No me sentiría satisfecho si sólo interpretara películas de estudio. Me gustan los filmes independientes, las series de televisión, hacer teatro. En breve, empiezo a rodar una nueva versión de Robin Hood, quiero encontrar un equilibrio en mi carrera.
GLAMOUR: ¿Vas a seguir llevando barba en tu próxima película?
JAMIE: Obviamente parece que a ti no te gusta (risas). Me veo mejor con barba y te voy a decir la verdad, por encima de todo lo demás, soy un vago y tengo dos hijos pequeños... por lo que casi no puedo ni ir al baño porque no tengo tiempo ni de afeitarme cuando estoy con ellos.
GLAMOUR: ¿Eres de esos padres que se involucran en el cuidado de sus hijos?
JAMIE: Sí, no entiendo ser padre de otra manera y no quiero perderme ni un minuto con ellos.
GLAMOUR: ¿Te ha resultado incómodo convertirte en un icono erótico?
JAMIE: Me niego a pensar en ello. Si así es como quiere verme el público, lo acepto, pero no puedo aceptarlo personalmente. Si te consideras un sex symbol o un icono erótico estás perdido. Si me lo creyera, me odiaría inmediatamente.
GLAMOUR: ¿Quiere eso decir que no te vamos a ver interpretando muchas más películas al estilo de la trilogía de Grey?
JAMIE: No creo que lo haga. Sé que este tipo de filmes deben existir, pero espero que me ofrezcan otro tipo de historias, con otras temáticas.
GLAMOUR: ¿Cómo es tu relación con las admiradoras a través de las redes sociales?
JAMIE: Hubo una época en la que sí estaba metido en ellas, pero ya no. Entiendo la importancia de relacionarse con los fans, los respeto muchísimos, sin embargo, encuentro muchos peligros en las redes sociales. Las dejé porque, lo mismo que encuentras admiradores, te enfrentas a gente complicada y demasiada interacción puede volverse algo peligroso. Abrirte tanto es bueno si eres soltero y vives solo, pero si tienes una familia es importante protegerlos de las cosas espantosas que te pueden llegar a decir de tu familia los pirados de internet. No quiero alimentar eso y preferí cerrarme, la gente puede ser horrible.
GLAMOUR: ¿Vivirás algún día en Los Ángeles?
JAMIE: No, eso nunca. Soy muy feliz viviendo en la zona rural de Inglaterra y a Los Ángeles vendré mucho porque es el epicentro de este negocio.
Fuente: 50SombrasES
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