Blip
Fifty Shades of Grey Fanfiction - By: @SharinGrey
¿Alguna vez se han preguntado qué sucedió durante el primer embarazo de Ana?
¿Cómo fue este y cómo se comportaron ambos?
¿Qué obstáculos se le presentaron en ese tiempo?
Una historia donde Christian y Ana se enfrentan
a lo desconocido y juntos deberán
aprender la difícil tarea de ser padres.
Los personajes pertenecen a E. L. James,
yo solo juego con ellos.
LEER ANTES DEL CAPÍTULO:
*NOTA DE AUTOR*
Sé que en la versión en español no es "BLIP" sino "BIP" pero sí en el original, y prefiero adherirme a eso. Ya que "BLIP" significa "centello o destello" y es lo que ANA describe. No sé porqué lo han cambiado al traducir, pero definitivamente ha perdido el sentido. "BIP" me suena más a un sonido que lo que realmente Erika quiso expresar.
Dicho esto, ¡las dejo leer!
CAPÍTULO 1
En el sofá frente a las cálidas llamas
de la chimenea en la sala de nuestro nuevo hogar, mi esposo pasa distraídamente
sus dedos por las hebras de mis cabellos al tiempo en que, con el control de
mando en su mano libre, recorre los canales de televisión en la pantalla plana
sin encontrar algo digno que ver para no molestarme ni interrumpirme mientras
yo leo un interesante manuscrito con mi cabeza en su regazo. Una de mis manos,
acaricia de forma inconsciente a mi abultado vientre de seis meses, mi pequeño
Blip que crece saludablemente cada día en mi interior. Ya han pasado cuatro
meses desde que supe de su existencia. Dieciséis semanas de nuestra gran pelea
y el aterrador secuestro de Mía.
Christian ha cambiado mucho desde entonces,
sigue siendo mi voluble Cincuenta,
pero está notoriamente más relajado. Luego de su confesión, se ha liberado y yo he aprendido a no
atosigarlo con preguntas. Ahora sé que se abrirá conmigo cuando esté listo.
A pesar de que sigue aterrorizado con
la idea de ser padre, para mi sorpresa y júbilo se muestra muy entusiasta con
el tema, se ha encargado de hacerme saber lo arrepentido que estaba por su
reacción principal y su habitual instinto sobreprotector se ha incrementado
considerablemente haciéndolo hasta casi asfixiante pero, ¿qué podría hacer?
Entiendo sus miedos, muchos de esos son compartidos. Él siempre será mi obseso
del control, y no lo cambiaría por nada en el mundo.
¿Qué si no soy una buena madre? Es la pregunta que más se repite a diario en
mi cabeza. Él me asegura que el hecho de que eso me preocupe es una señal de
que lo seré. Eso espero.
Eso sí, si de algo estoy segura es que
cualquier cosa que se nos presente, lidiaremos con eso, juntos. Como lo hicimos
con todo lo demás. Aprenderemos a ser padres a la par.
—Esto es una jodida pérdida de tiempo
—, comenta apagando la pantalla plana y arrojando el control sobre la pequeña
mesa de café. Me contengo de poner los ojos en blanco. Siempre es lo mismo,
sentarse tranquilamente a mirar un programa de televisión nunca será lo suyo,
¿por qué no solo deja de intentar hacerlo y ya? Mi obstinado cincuenta… Una sonrisa se dibuja en mis labios — ¿Qué
es lo gracioso, Sra. Grey?
—Usted, Sr. Grey —, respondo alejando
mi mirada de la increíble historia entre mis manos para posarla en su rostro. —
Christian, odias la televisión. No entiendo por qué te molestas en encenderla —,
se encoje de hombros. — ¿No tienes algo interesante
que hacer?
— ¿Esa es una forma sutil de
echarme?
—No, solo quiero terminar de leer en
paz —, explico. —Tengo que hacer un resumen completo para mañana y no puedo
concertarme con mi esposo resoplando cada pocos segundos.
—Si decidieras tomar el mando de la compañía…
—comienza por milésima vez.
—No discutiré eso de nuevo, Christian.
— espeto con algo de rudeza. Me arrepiento al instante y continúo de forma
suave. — No estoy lista para eso, no aún, te lo dije.
No logro imaginarme al mando de una
compañía, no creo poder hacerlo. Siento que este no es el momento, quiero poder
disfrutar cada instante de mi pequeño Blip
sin esa presión sobre mis espaldas.
—Eres completamente capaz, Ana y yo
estaré ayudándote. — declara. Alzándome me coloca en su regazo, me quita el
manuscrito de la mano y lo deja caer sobre la mesita.
Abro mi boca para protestar pero
impide que cualquier palabra coherente salga de esta presionando sus suaves
labios contra los míos. Mi respuesta a su beso es automática, mis
revolucionadas hormonas toman el completo mando de mi cuerpo y mis manos vuelan
a su cabello atrayéndolo más hacia mí intentando reducir cualquier distancia
entre nosotros. Christian gime en respuesta de mi efusividad afianzando su
agarre en mis caderas y su lengua se abre paso en mi boca profundizando el
beso.
Su siempre omnipresente BlackBerry nos interrumpe cuando las
cosas comienzan a ponerse interesantes. Se separa de mí, se disculpa con la
mirada y deja un casto beso en mi frente
antes de bajarme de su regazo y responder a la llamada.
—Grey, — responde secamente poniéndose
de pie.
Segundos después lo veo caminar hacia
su despacho.
Ninguno de los dos ha ido a trabajar hoy,
luego de meses sin molestarme, las náuseas habían vuelto a mí esta mañana y fue
motivo suficiente para que me ordenara
permanecer en la casa bajo su atento cuidado. Accedí a regañadientes mientras
él mordisqueaba mi cuello y una de sus manos se perdía bajo mi camisón sin dar
lugar a discusión. Maldito chantajista.
¿De qué te estás quejando? Ladra mi Diosa
interior.
Luego de más de una hora, Christian
sigue en su despacho, he leído casi por completo el manuscrito por lo que
decido aplazar lo que resta de mi trabajo y me dirijo a nuestra habitación en
búsqueda de un atuendo adecuado para nuestra cita con la Dra. Greene. Tengo la
esperanza de por fin poder saber el
sexo del bebé, había estado escondiéndose en las ecografías anteriores y aunque
Christian por su parte decía que daba igual mientras gozara de buena salud (y era así para mí también), podía notar
que estaba tan ansioso como yo por saberlo.
Una vez en mi vestidor personal, me
decido rápidamente por unos leggins negros y una holgada blusa azul, mi
favorita. Caroline Acton me ha
proporcionado una infinidad de ropa pre-mamá increíble, y cómoda, que adoro y
agradezco. Acompaño mi atuendo con unas sandalias sin tacón ya que se ha vuelto
imposible para mí el soportar los zapatos altos por más de una hora y porque mi
esposo casi enloquece última vez que
utilicé unos y tropecé.
No más tacones para Ana.
Observo mi aspecto en el espejo, me
veo grande. Gran parte del peso que
he aumentado se concentra en mi vientre y lo demás está repartido equitativamente
en el resto de mi cuerpo. Trato de no prestarle atención a eso, todo sea por mi
pequeño Blip. Christian me asegura, y
demuestra, que sigo siendo atractiva
para él aunque yo no lo sienta tan así
y más de una vez él ha tenido que consolarme cuando me deshacía en lágrimas por
mi aspecto. Luego recordaba porqué estaba así y me sentía culpable y egoísta
por preocuparme de algo tan absurdo, entonces volvía a llorar. Él luce perdido
en esas ocasiones, es otra situación más que no puede controlar, sin saber bien
qué hacer o decir para calmarme ya que nada suele funcionar.
—Te ves preciosa, — su voz proveniente
desde la puerta de mi vestidor me sobresalta. No lo he oído llegar. — Me
encanta ese color en ti, — comenta acercándose hasta ponerse detrás de mí y
envolver sus brazos a mí alrededor. Me inclino hacia su abrazo. — ¿Lista para
irnos, nena?
— Lo estoy —, respondo en apenas un
murmullo complacida en mi lugar favorito en el mundo que es en los brazos de Christian.
«~•~»
Nos dirigimos hacia el hospital en un
cómodo silencio, tomados de la mano en la parte trasera de la SUV, cada uno sumido
en sus propios pensamientos. La ansiedad crece en mí cada segundo que pasa.
—Estás mordiéndote el labio —, señala
Christian con una pícara sonrisa jugando en rostro. Me encojo de hombros —
¿Ansiosa? — pregunta, sus ojos bailando con diversión. Me encanta verlo
relajado, casi sin preocupaciones.
—Un poco, — me limito a responder. En
realidad estoy aterrorizada como cada
vez, aunque intento dejar de lado las preocupaciones me es imposible la mayoría
del tiempo.
No desde que tuve una pequeña pérdida
algunas semanas luego del incidente con Jack. Tal vez Blip no había estado en mis planes, pero la sola idea de perderlo,
de nunca poder conocerlo o sostenerlo en mis brazos era demasiado dolorosa.
He vuelto al trabajo luego de recibir el alta
médica pero aún tengo algunas restricciones. De los doctores… y Christian. No
estresarme está en la parte superior de la lista, tarea que me parece imposible
al ver la cantidad de trabajo atrasado que me espera. Hannah ha estado haciendo
un gran trabajo en mi ausencia, pero aun así queda bastante por hacer.
El día es agitado, tuve que asistir a varias
reuniones y apenas he podido parar para almorzar y descansar unos minutos. Desearía
estar en casa.
Alguien golpea la puerta de mi oficina y
segundos después la cabeza de Hannah se asoma en el humbral.
—Ana, Jerry quiere
verte. — Mi ceño se frunce, no creo poder soportar una reunión más.
Suelto un bufido y
me pongo de pie demasiado rápido. Todo comienza a dar vueltas y me sostengo con
fuerza del escritorio. Una punzada en mi bajo vientre me asusta.
— ¿Ana? ¿Estás
bien? Te vez algo… pálida —. Su voz es lejana, casi no puedo entender lo que
dice. Dirijo mis ojos hacia ella pero solo logro ver una silueta borrosa, mi
visión va tornándose oscura, disminuyendo. Una nueva punzada me atraviesa, más
fuerte y dolorosa que la anterior, seguida de la sensación de un líquido
deslizarse de entre mis piernas. Dirijo una de mis manos con rapidez sobre mi
vientre y lo sé, lo presiento. Algo no va bien con mi pequeño Blip. El pánico me invade. ¡Por favor,
mi pequeño Blip no!
— ¿Sra. Grey? — La
voz aterrorizada de Hannah es lo último que oigo antes de que todo se vuelva
negro.
—Todo va a estar bien, — dice con
convicción, sacándome de mis oscuros pensamientos. Lleva mi mano a su boca y
deposita un breve beso.
Suena como si también lo dijera para
asegurarse a sí mismo. Sé que fue un
terrible momento también para él, a pesar de que intentaba tranquilizarme y
aparentar serenidad pude ver el pánico en sus ojos. Su miedo se ve reflejado en
su exagerada sobreprotección luego del incidente. Christian ama a Blip también. El pensamiento me hace
sonreír.
La Dra. Green nos recibe con una
sonrisa, no como en la primera cita después del incidente con Hyde donde fue
parte del club “todos estamos enojados
por el imprudente comportamiento de Ana” y tuve que soportar un sermón de
su parte. Entiendo su enojo, fui impulsiva y
muy descuidada, pero Mía estaba en peligro, ¿qué más hubiese podido
hacer? Ahora soy capaz de ver las consecuencias horribles que pudo haber
tenido, pero en ese momento no pensé con claridad.
Procede a hacerme las habituales
preguntas antes de pedirme que cambie mi ropa con la bata de hospital en el
pequeño baño del consultorio. Cuando emerjo, veo a Christian inclinado hacia la doctora,
seguramente abrumándola con sus preguntas. Luce complacido por la respuesta que
recibió. Se gira hacia mí y me dedica una de sus sonrisas deslumbrantes que me
dejan atontada. Me pregunto sobre qué se trató su consulta.
Me ayuda a subir a la camilla e ignora
mi interrogante mirada.
— ¿Lista, señora Grey? — pregunta en
cuanto estoy acomodada y con mi vientre expuesto. Asiento en su dirección,
tomando la mano que mi esposo me ofrece, y ella deja caer el frío gel - al que
nunca voy a acostumbrarme – sobre mí. —Aquí vamos — anuncia. — Espero que esta
vez deje de lado su timidez.
También yo, pienso.
Cincuenta
mira la pantalla tan embelesado como yo misma, dándole a mi mano apretones
reconfortantes cada vez que la Dra. Green nos asegura que todo está bien.
—Bueno, señor y señora Grey, espero
que no hayan comprado muchas prendas rosas — comenta con una enorme sonrisa luego
de unos minutos.
Las lágrimas caen libremente por mis
mejillas mientras la perfecta imagen de Christian cargando a un niño idéntico a
él aparece en mi mente.
—Tendremos un niño, nena — susurra en mi oído antes de dejar
un beso en mi mejilla. La emoción en su voz es notoria y provoca más lágrimas
de mi parte.
Camino a la casa, decido llamar a mis
padres para darles la noticia. La conversación con mi madre está llena de
exaltados gritos de alegría y me hace prometer que la visitaremos pronto.
La llamada con Ray es, como de costumbre,
breve, pero no oculta su entusiasmo. Está más que exaltado con la idea de tener
un nieto a quien pueda llevar a pescar. Sospecho que aunque Blip fuera una niña, tendría los mismos
planes. Incluso había estado feliz, además de sorprendido y luego enfadado
conmigo, cuando le dije que estaba embarazada.
—Annie, ¿quieres decirme de una vez que es lo
que te tiene tan nerviosa?
— ¿Nerviosa? — inquiero con voz temblorosa
fallando estrepitosamente en ocultar mi nerviosismo. ¿Desde cuándo Ray es tan
observador? ¿Por qué me siento como si tuviese que confesar un crimen? Tal vez
debí esperar que Christian volviera de su viaje de negocios, sería más fácil
soltar la bomba con él aquí. Realmente no sé a qué se debe mi miedo, la
reacción de mi padre no puede ser tan mala, ¿verdad? ¡Estoy casada, por el amor
de Dios! No puede tomarlo tan mal.
—Sí, te ves algo… inquieta, — comenta
frunciendo el ceño. — ¿Todo está bien con Christian?
—Estamos bien, muy bien, — El temblor en mi
voz impide que suene segura como lo deseo. —Yo, huh, solo tengo algo importante
que decirte.
—Entonces…— insiste.
Aquí vamos. Tomo una profunda respiración
antes de hablar atropelladamente.
—Estoy embarazada.
Su boca se abre formando una «o», seguramente
incrédulo pero su desconcierto solo dura uno breve momento y luego una
inesperada y gran sonrisa cubre su rostro.
— ¡Esa es una maravillosa noticia, Annie! —
dice con verdadero entusiasmo, pero entonces, su ceño se frunce. — Un momento,
¿lo sabías cuando…? — asiento, sabiendo que se refiere al episodio de Jack. —
¿En qué estabas pensando poniendo también a mi nieto en riesgo? — ¡Oh, no! Voy
a ser regañada nuevamente. Aunque, debo admitir que todos ellos tienen razón.
«~•~»
— ¿Puedo saber sobre qué has molestado
a la pobre mujer esta vez? — inquiero una vez que logro ponerle fin a la
conversación con una muy entusiasmada Kate.
—Sexo. — responde intentando suprimir
una sonrisa. Siento el impulso de rodar
los ojos pero lo freno. Debí haber esperado algo como eso.
— ¿La respuesta ha sido satisfactoria?
—Muy. — Esta vez no logro contenerme y
pongo los ojos en blanco.
— ¡Oh, Sra. Grey! ¿Acaba de poner los
ojos en blanco?
—No puedes hacer nada al respecto,
seguramente tengo algunas limitaciones.
—Lo sé — contesta. Una pícara sonrisa se
extiende en su rostro. — Pero soy un hombre ingenioso, Anastasia. — Mis labios se estiran en respuesta. Lo sé, Sr. Grey. Lo sé. —Y además
tengo el permiso de la gran Dra.
Greene.
«~•~»
—
¡Christian! — jadeo retorciéndome, luchando contra las restricciones. Él no se
detiene, su habilidosa lengua continua girando de manera despiadada sobre mi
punto más sensible, dos de sus dedos en mi interior frotando rítmicamente en el
lugar exacto.
—Sólo
déjalo ir, Ana — susurra sobre mi sensible piel. Mi cuerpo obedece y me vengo
ruidosamente, gritando una versión distorsionada de su nombre. En mi estado de
éxtasis, apenas soy consciente de sus manos liberando mis tobillos y muñecas,
masajeándolos por un breve instante.
Cuando termina, su boca está sobre la
mía, besándome con voracidad. Lejos de estar satisfecha, le devuelvo el beso
con igual ansia. Sus manos viajan avariciosas hacia el sur por mi cuerpo, llegando
a mis muslos los separa posicionándose entre ellos. Siento su pesada y caliente
erección entre nosotros. Necesito
sentirlo en mi interior. Le rodeo la
cintura con mis piernas y, posando mis ojos sobre los suyos mientras me muerdo
deliberadamente el labio, contorneo las mías restregándome con su prominente
erección una invitación silenciosa. Entiende
el mensaje al instante. Sé que se siente de igual manera, desesperado por
volver a unirnos íntimamente.
—Mantén tus ojos abiertos, — ordena con
voz ronca, guiándose hacia mí entrad. Entonces entra en mí de una certera y
profunda estocada. Requiere todo mi esfuerzo no cerrar los ojos ante el placer
que me invade. Él no se mueve, une nuestras manos y posa su frente sobre la mía
solo disfrutando el momento.
—Christian, te necesito, — llorisqueo
moviendo mis caderas hacia arriba.
Su reacción no se hace esperar, su boca
reclama la mía una vez más, explorando mi interior con su lengua y lentamente
se retira casi por completo para después entrar de nuevo de golpe, llegando
todo lo profundo que mi cuerpo se lo permite. Gemimos al unisono. Se siente demasiado bien.
Abandona mis labios y deja un reguero de
besos por mi cuello hasta mis sensible pechos. Pasa su boca de uno al otro dándoles igual
cuidado con la misma, sus dientes y su lengua, y apretuja con una de sus manos
el que no recibe su atención, mis pezones se yerguen ante sus caricias. Mis
manos vuelan a su espalda, y paso cuidadosamente mis uñas por toda su extensión
hasta su trasero, me complace ver lo bien que tolera mi toque y no solo eso,
también lo disfruta. Su jadeo sobre mi piel me lo confirma, y me enciende aún
más.
El ritmo de sus caderas se mantiene
constante, demasiado lento. Necesito más
pero evidentemente él quiere alargar el momento lo máximo posible.
—Christian, —ruego. Él separa su cabeza
de mi pecho y me dirige una sonrisa pícara pero hace caso omiso a mi petición
continuando con sus tortuosos movimientos.
Pongo más empeño en responder a sus estocadas,
y estirándome, mordisqueo su cuello. Eso es suficiente para hacerle perder su
autocontrol. Se yergue poniéndose de rodillas, sostiene mis muslos con sus
manos y realmente comienza a
moverse. Él sonido de nuestras pieles
chocar no hace más que alimentar mi lívido, no voy a durar mucho más.
— ¡Vamos, Ana! — ordena entre dientes.
Ver su cara desencajada por el placer es el detonante y exploto intensamente a
su alrededor, ciñéndome entorno a su miembro. — ¡Ana! — jadea y se corre dentro
de mí luego de una última estocada.
«~•~»
Estamos
abrazados en nuestra cama, en un cómodo silencio, relajados y satisfechos.
— ¿Estás
bien? — pregunta acariciando tiernamente mi vientre, su ceño fruncido por la
preocupación. Sonrío con afecto hacia él y acaricio su mejilla.
—Estamos
bien, no te preocupes —. Lo tranquilizo.
—Estaba
pensando… — vacila un momento, perdiéndose en sus pensamientos. — Tal vez
deberíamos escoger un nombre para él.
Su
sugerencia me toma por sorpresa. Es la primera vez que toma la iniciativa con
un tema referido al bebé.
—Oh, — es
lo más inteligente que puedo decir. Sonríe tímidamente y se encoje de hombros
comprendiendo mi desconcierto.
—Bueno, no
podemos llamarlo Blip o Junior por siempre. Necesita un nombre, —
murmura. Luce algo perdido. Mi pobre Cincuenta.
— ¿Tienes
algo en mente?
—Estaba
pensando Theodore.
— ¿Theodore?
—Es el
nombre del abuelo Trevelyan.
—Theodore Grey… — susurro probando como
suena. Sip, es un lindo nombre.
—Pensé que
podríamos añadir el nombre de Ray, — propone de forma temerosa.
Esbozo una sonrisa hacia él.
— Theodore Raymond Grey… Sí, me gusta.
— ¿En
verdad? —pregunta inseguro.
Asiento y
me inclino para dejar un breve beso en sus labios.
—Me
encanta, y amo que lo hayas escogido tú. — Sonríe genuinamente y rueda los ojos
divertido. — ¿Acaba de rodar los ojos, Sr. Grey? — pregunto con una mala
imitación de su voz antes de lanzarme sobre él.
Espero que les hay gustado, pronto tendrán más para leer :) Voy a estar publicando adelantos en mi cuenta de Twitter: @SharinGrey
Mientras tanto, y si gustan, les dejo el link de unos de mis fics de #Twilight...
Summary: Tras semanas de soportar los intentos de seducción por parte de su alumna (22) , el profesor Masen (36) decide darle una lección. Mandando a volar todos sus escrúpulos, va a demostrarle que tan peligroso es jugar con fuego. Tiempo después de aquel encuentro, sus vidas vuelven a cruzarse y una inesperada noticia cambiará la vida de ambos.(COMPLETA + epílogo + Outtake)
Definitivamente me encanto, ya quiero leer más!! ¿Cada cuanto podemos tener nuevo capitulo?
ResponderBorrarBesos
Hola, Lu! Aproximadamente cada una semana, tal vez menos. Depende de como vaya avanzando. En mi cuenta de Twitter voy a estar dejado adelantos ;)
BorrarDeberías publicarla en Wattpad
ResponderBorrarEsta muy buena tu historia
Y allí tendrías muchísimos más lectores
Hermosa historia
Hola no entiendo algo
ResponderBorrarEl primer bebé lo perdió?
En que momento quedó embarazada nuevamente?